En las señales digitales todo son ceros y unos, lo que equivale a una gran flexibilidad para tratar de forma homogénea distintos tipos de información.

Si bien lo digital no es sinónimo de mayor calidad, sí permite seleccionar una mayor o menor calidad fácilmente. En el caso de la televisión digital, la calidad aumenta cuanto mayor es el régimen binario disponible para un canal. Es previsible que el régimen binario asignado permita que los espectadores observen una calidad de imagen y sonido superior en la televisión digital que la analógica.

La televisión digital permite una visualización perfecta en zonas que por diversas razones (orografía, por ejemplo) sufren actualmente una recepción deficiente de la televisión analógica.

La flexibilidad de las señales digitales se traduce en una gran facilidad para añadir nuevos servicios a la televisión. Por ejemplo, la televisión analógica sólo permite la transmisión de una señal de sonido en la mayor parte de España (en algunos centros emisores se transmite también estéreo, que equivale a otras dos señales). En cambio, en la televisión digital, como todo son ceros y unos, no hay problemas para meter todos los audios que sean necesarios (igual que se hace en los DVDs): distintos idiomas, sonido 5.1, audiodescripción... También se puede pensar en la transmisión para un sólo canal de distintas señales de vídeo, de modo que el espectador seleccione la que prefiera (muy útil para retransmisiones deportivas), si bien por el momento no se va a explotar esta posibilidad en la TDT.

Aprovechar esa flexibilidad para la transmisión de aplicaciones interactivas merece una mención especial, ya que se considera una de las principales oportunidades que ofrece la televisión digital. De una forma similar a como se ejecutan programas con extensión .exe en los sistemas operativos Microsoft Windows, se pueden transmitir aplicaciones junto con la señal de televisión que se ejecuten en el receptor doméstico. Esto nos lleva además a la idea de interactividad: los usuarios abandonan su tradicional papel pasivo frente a la pequeña pantalla para pasar a influir en los contenidos que se muestran. Más adelante se explicarán más detenidamente algunos tipos de aplicaciones interactivas. Algunas de ellas son, por ejemplo, juegos en red o la participación en encuestas en programas de televisión.

Finalmente, las señales digitales necesitan menos capacidad que las señales analógicas ya que se emplean técnicas de compresión (es el mismo proceso que permite que la misma imagen ocupe muchísimo menos en formato jpg que en formato bmp). Por ejemplo, en un transpondedor de satélite donde se transmitía un canal analógico ahora se están enviando hasta ocho o diez y en la canalización UHF donde antes sólo cabía uno, con la televisión digital caben cuatro o incluso cinco. Además, las características de la norma de la señal modulada de televisión analógica (es decir, la que se transmite) obligan a dejar libres el canal UHF anterior y posterior al que se utiliza para emitir una cadena de televisión para evitar interferencias (muchas cadenas locales emplean esos canales de guarda para emitir de forma ilegal). En cambio, en el caso digital no son necesarios los canales de guarda, de forma que el uso del espectro radioeléctrico es más eficiente.

Esto redunda en un mayor número de canales disponibles, esto es, en un aumento de la oferta. De hecho, el número de canales de televisión aumentó sustancialmente el 30 de noviembre, como es sabido.